Con ustedes,¡los Vecinos!
Presentamos la nueva estrategia del Servicio de Información Local (SIL), de Comfenalco Antioquia, los Vecinos, esos personajes del barrio que son líderes sociales, culturales, ambientales o deportivos y que buscan lo mismo que nosotros, resaltar la belleza y riqueza de los territorios. Hoy les hablaremos de la vecino Eduardo Ballesteros Corrales.
Eduardo Ballesteros Corrales
Vecino Biblioteca Pública Comfenalco La Aldea
Eduardo Enrique del Perpetuo Socorro Ballesteros Corrales ha tenido tantas experiencias en su vida como extenso es su nombre. Nació en Cartagena y aunque salió de su tierra natal hace muchos años no ha perdido el acento y esa personalidad dicharachera que revela enseguida sus orígenes.
Siempre deportista, pelotero para más señas, llegó a Antioquia porque le propusieron trabajar en Fabricato y, a la vez, fomentar la práctica del béisbol en el departamento. Le pareció una buena idea y comenzó esta aventura con otros catorce compañeros. “Trabajábamos de seis a dos de la tarde, almorzábamos y nos íbamos a practicar. Nos consiguieron un caserón en Bello para vivir allí, pero como somos costeños nos gustaba la música alta”, recuerda y sonríe por sus locuras juveniles.
Siempre deportista, pelotero para más señas, llegó a Antioquia porque le propusieron trabajar en Fabricato y, a la vez, fomentar la práctica del béisbol en el departamento. Le pareció una buena idea y comenzó esta aventura con otros catorce compañeros. “Trabajábamos de seis a dos de la tarde, almorzábamos y nos íbamos a practicar. Nos consiguieron un caserón en Bello para vivir allí, pero como somos costeños nos gustaba la música alta”, recuerda y sonríe por sus locuras juveniles.
Estuvo allí durante nueve años y quedaron campeones ocho veces. Cuando las circunstancias de la empresa lo hicieron salir, “quedé en el aire”, sin embargo, Eduardo no ha sido de quedarse quieto ni de desanimarse. Movió contactos y se dedicó a ser preparador físico y entrenador de levantamiento de pesas. “Logré conocer toda Colombia gracias al deporte. El deporte me ha ayudado mucho para salir a flote en mi manera de vivir”.
Su carrera siguió en Grulla, donde también impulsó grupos deportivos, hasta que ingresó a la Alcaldía de Itagüí en donde desempeñó varios cargos, siempre relacionados con asuntos comunitarios y desde ese momento valoró aún más los proyectos que buscan el bienestar de los barrios. Unos veinte años después, obtuvo su jubilación, pero eso no lo ha separado del deporte ni de la labor comunitaria.
Actualmente, juega sóftbol y los fines de semana dirige el equipo Amigos de Itagüí, y con otros líderes del municipio contribuye a propuestas sociales, “para nosotros no hay obstáculo”, afirma Eduardo, que tiene varias consignas de vida que recibió como legado de su padre José Gregorio Ballesteros, una de ellas es “querer a los papás, amar a la esposa y adorar a los abuelos” y otra, “siempre hay que seguir para adelante como el elefante”.
Y eso ha hecho, seguir ayudando a la comunidad, trabajando y haciendo deporte, sin importar las “arenas movedizas” en las que a veces deben caminar quienes se entregan a la comunidad. A su nieta le enseña taekwondo, visita con ella la biblioteca La Aldea o acude a este espacio para encontrarse con otros líderes como María Asceneth Pava, otra Vecina SIL.
María Asceneth resalta que, aunque a veces se enfrascan en sanos debates, se respetan, escuchan y aconsejan. Finalmente, eso hacen los amigos, una palabra que resalta en la gorra roja de Eduardo que lo conecta también con su espíritu beisbolero.
Su carrera siguió en Grulla, donde también impulsó grupos deportivos, hasta que ingresó a la Alcaldía de Itagüí en donde desempeñó varios cargos, siempre relacionados con asuntos comunitarios y desde ese momento valoró aún más los proyectos que buscan el bienestar de los barrios. Unos veinte años después, obtuvo su jubilación, pero eso no lo ha separado del deporte ni de la labor comunitaria.
Actualmente, juega sóftbol y los fines de semana dirige el equipo Amigos de Itagüí, y con otros líderes del municipio contribuye a propuestas sociales, “para nosotros no hay obstáculo”, afirma Eduardo, que tiene varias consignas de vida que recibió como legado de su padre José Gregorio Ballesteros, una de ellas es “querer a los papás, amar a la esposa y adorar a los abuelos” y otra, “siempre hay que seguir para adelante como el elefante”.
Y eso ha hecho, seguir ayudando a la comunidad, trabajando y haciendo deporte, sin importar las “arenas movedizas” en las que a veces deben caminar quienes se entregan a la comunidad. A su nieta le enseña taekwondo, visita con ella la biblioteca La Aldea o acude a este espacio para encontrarse con otros líderes como María Asceneth Pava, otra Vecina SIL.
María Asceneth resalta que, aunque a veces se enfrascan en sanos debates, se respetan, escuchan y aconsejan. Finalmente, eso hacen los amigos, una palabra que resalta en la gorra roja de Eduardo que lo conecta también con su espíritu beisbolero.
