Oficios del Centro de Medellín: artesanos
Los oficios del Centro Serie Personajes inolvidables
Jaime Alberto Ríos:
el arte de moldear el cuero
Fue tipógrafo, manejó taxi y después de una temporada buscando suerte en Manizales, regresó a Medellín y compró unos chicles para probar suerte como vendedor ambulante. Por esos días, recordó que su mamá cosía colchas con retazos de tela y empezó a reflexionar sobre esa idea. El cuero vino a su mente, se compró un par de kilos, aprendió el oficio e inició un trayecto que ya cumple unos quince años.
Le gusta, como él explica, jugar una especie de “tetris” para acomodar las formas del cuero de manera creativa y única, para que los diseños sean diferentes. Algunos de sus bolsos terminan en sitios turísticos de Antioquia, como la Piedra del Peñol. Corta, pega, perfora, cose, todo, fruto de la destreza de sus manos. “Es mucho trabajo, toca hacerle terapia a las manos para que resistan esta labor que es tan bonita”.
“La calle te da y a veces no”, dice este artesano sobre su labor en la acera de La Playa, un poco más arriba de los libros de Wilmar. En la calle, insiste, “uno debe adaptarse a todo, a la lluvia, al sol”. A él, que llegó hasta bachillerato pero que impulsó a sus hijos a ser profesionales, solo lo protege una colorida sombrilla.
Hay momentos en los que se queda tres o cuatro días sin vender ningún bolso, pero “a diario doy gracias a Dios, no reniego porque pienso: mañana será otro día. Es que para uno vender a veces lo único que necesita es una hora, llega un solo cliente y se lleva varios. Ganando nadie se quiebra, como se dice, porque uno empieza a negociar en el regateo, para no perderle a la venta. Con cinco mil pesos de más, por ejemplo, compro arroz y huevos, y con eso almuerzo y como”.
Esta serie… ¡Continuará!
Déjanos en los comentarios otros personajes y oficios sobre los que te gustaría leer en nuestro portal.